domingo, 28 de marzo de 2010



Justamente ahora irrumpes en mi vida con tu cuerpo exacto y ojos de asesino. Tarde como siempre, nos llega la fortuna. Tu ibas con ella, yo iba con el; jugando a ser f e l i c e s por d e s e s p e r a d o s. Por no aguardar los sueños, por miedo a quedar solos, pero llegamos tarde. Te vi, me viste. Nos reconocimos enseguida pero tarde. Maldita sea la hora que encontré lo que soñé, tarde. Tanto soñarte y extrañarte sin tenerte. Tanto inventar, tanto buscarte por las calles como una loca, sin encontrarte. Ahí va una de tonta por desesperada. Confundiendo amor con compañía. Y ese miedo idiota de verte viejo y sin pareja, que hace escoger con la cabeza lo que es del corazón. Y no tengo nada contra ellos. La rabia es contra el tiempo por ponerte junto a mi, tarde. Ganas de huir. De no verte ni la sombra. De pensar que esto fue un sueño o pesadilla. Que nunca apareciste. Que nunca has existido. Ganas de besarte, de coincidir contigo. De a c e r c a r m e un poco y amarrarte en un abrazo. De mirarte a los ojos y decirte bienvenido'.

No hay comentarios:

Publicar un comentario